jueves, julio 31, 2008

Al Gore: el reto de nuestra generación


Discurso dado en julio 08.

Hay épocas en la historia de nuestra nación cuando nuestro modo de vida depende de disipar ilusiones y despertar al desafío de un peligro actual. En tales momentos, somos llamados a movernos rápida y audazmente para sacudirnos la complacencia, desechar viejos hábitos y levantarnos, con vista clara y alertas, ante la necesidad de cambios grandes. Aquellos que se rehúsan por cualquier razón a hacer su parte, deben ser persuadidos para unirse el esfuerzo o pedirles que se hagan a un lado. Éste es tal momento. La supervivencia de los Estados Unidos de América como lo conocemos está en peligro. Y aún más - si se requiriese aún más - el futuro de la civilización humana está en juego.
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No recuerdo una época de nuestro país cuando tantas cosas parecieran ir tan mal simultáneamente. Nuestra economía está muy mal y sigue empeorando, los precios de la gasolina están aumentando dramáticamente e igual las tarifas de electricidad. Se están exportando empleos. Las hipotecas de casas están en apuros. Los bancos, las compañías de automóvil y otras instituciones de las que dependemos están cada vez bajo mayor presión. Distinguidos líderes mayores de negocios nos dicen que éste es apenas el principio a menos que tengamos el valor para realizar algunos cambios importantes rápidamente.

La crisis del clima, particularmente, está empeorando mucho - mucho más rápidamente que lo predicho. Los científicos con acceso a los datos de submarinos de la naval que atraviesan por debajo de la capa glaciar del polo norte han advertido que ahora hay una probabilidad del 75% de que dentro de cinco años la capa glaciar desaparezca totalmente durante los meses del verano. Esto aumentaría más la presión de deshielo de Groenlandia. Según expertos, el glaciar de Jakobshavn, uno de los más grandes de Groenlandia, se está moviendo a un ritmo más rápido que nunca antes, perdiendo 20 millones de toneladas de hielo al día, equivalentes a la cantidad de agua usada cada año por los habitantes de la ciudad de Nueva York.

Dos estudios importantes de expertos en inteligencia militar han advertido a nuestros líderes sobre las peligrosas implicaciones en la seguridad nacional por la crisis del clima, incluyendo la posibilidad de centenares de millones de refugiados del clima que desestabilizarían naciones en todo el mundo.
Apenas hace dos días, 27 estadistas de edad avanzada y líderes militares jubilados advirtieron sobre la amenaza de seguridad nacional por un “tsunami de energía” que sería accionado por una pérdida de nuestro acceso al petróleo extranjero. Mientras tanto, la guerra en Iraq continúa y ahora la guerra en Afganistán aparece empeorar.

Y a propósito, nuestro clima ciertamente se ha vuelto extraño, ¿no es así? Parece haber más tornados que lo que recuerdo, sequías más largas, aguaceros más prolongados e inundaciones record. Incendios sin precedente están surgiendo en California y en otras partes del oeste americano. Temperaturas más altas causan vegetación más seca que propicia mega-incendios como los que han surgido en Canadá, Grecia, Rusia, China, Suramérica, Australia y África. Los científicos del departamento de geofísica y ciencia planetaria en la universidad de Tel Aviv nos dicen que por cada grado de aumento en la temperatura, los relámpagos aumentarán 10% más. Y son los relámpagos, después de todo, los principales responsables de iniciar los incendios actuales en California.

Como para mucha gente, me parece que todos estos problemas son más grandes que las soluciones que hasta el momento se han propuesto para ellos, lo cual me ha estado preocupando.

Estoy convencido de que una razón por la que parecemos paralizados frente a estas crisis es nuestra tendencia a ofrecer viejas soluciones a cada crisis por separado - sin tomar en cuenta las demás. Y estas propuestas anticuadas no sólo han sido ineficaces sino que casi siempre han empeorado a las otras crisis.
Pero cuando miramos al mismo tiempo estos tres desafíos aparentemente insuperables, podemos ver un hilo que tienen en común, lo cual es profundamente irónico por su simplicidad: nuestra peligrosa sobre dependencia de los combustibles basados en carbón es la base de los tres desafíos; las crisis de la económica, ambiental y de seguridad nacional.

Estamos pidiendo dinero prestado a China para comprar petróleo del Golfo Pérsico para quemarlo en maneras que destruyen al planeta. Cada mínima parte de esto tiene que cambiar.

Pero si tomamos ese hilo común y tiramos de él fuertemente, todos estos problemas complejos comienzan a desenredarse y encontraremos que tenemos en nuestra mano la respuesta correcta a todos. La respuesta es terminar nuestra dependencia de los combustibles basados en carbón.

En mi búsqueda de respuestas genuinamente eficaces a la crisis del clima, he sostenido una serie de ‘cumbres de soluciones’ con los ingenieros, científicos y directores de empresas. En esas discusiones, una cosa ha quedado claramente en manifiesto: cuando conectamos los puntos, resulta que las verdaderas soluciones a la crisis del clima son las mismas medidas necesarias para renovar nuestra economía y para escapar de la trampa de los costos crecientes de la energía. Por otra parte, son esas también las mismas soluciones que necesitamos para garantizar nuestra seguridad nacional sin tener que ir a la guerra en el Golfo Pérsico.
¿Qué si pudiéramos utilizar los combustibles que no son costosos, que no causan contaminación y que abundan justo aquí en casa?

Tenemos tales combustibles. Los científicos han confirmado que suficiente energía solar cae a la superficie de la tierra cada 40 minutos como para cubrir el 100% de las necesidades energéticas de mundo entero por un año completo. Aprovechar apenas una pequeña porción de esa energía solar podría proporcionar toda la electricidad que se necesita en EUA.

Y suficiente energía eólica sopla a través del oeste medio de EUA diariamente como para hacer frente al 100% de la demanda de electricidad del país. La energía geotérmica es semejantemente capaz de proporcionar fuentes enormes de electricidad.
La manera más rápida, más barata y mejor para comenzar a usar toda esta energía renovable es en la producción de electricidad. De hecho, podemos comenzar ahora a usar energía solar, energía eólica y energía geotérmica para generar electricidad para nuestros hogares y negocios.

Pero para hacer este emocionante potencial realidad y solucionar de verdad los problemas de nuestra nación, necesitamos un nuevo comienzo.
Es por esto que estoy proponiendo hoy una iniciativa estratégica diseñada para liberarnos de las crisis que nos están deteniendo y poder recuperar el control de nuestro propio destino. No es la única cosa que necesitamos hacer, pero este desafío estratégico es la punta de lanza de una nueva estrategia audaz necesaria para re energizar América.

Desafío hoy a nuestra nación a comprometerse a producir el 100% de nuestra electricidad con fuentes de energía renovable y verdaderamente limpias, que no usen carbón, en un plazo de 10 años.

Esta meta es realizable, comprable y transformativa. Representa un desafío a todos los norteamericanos, en cada aspecto de nuestra vida: a nuestros líderes políticos, empresarios, innovadores, ingenieros y a cada ciudadano.
Hace algunos años no habría sido posible publicar tal desafío. Pero he aquí lo que ha cambiado: las agudas reducciones en costos que comienzan a ocurrir actualmente en energía solar, eólica y geotérmica, en conjunción con los dramáticos aumentos recientes de los precios del petróleo y el carbón, han cambiado radicalmente la economía de la energía.

Cuando fui ante el congreso por primera vez hace 32 años, escuché los a expertos atestiguar que si el petróleo alguna vez alcanzara los $35 dólares por barril, las fuentes de energía renovable llegarían a ser competitivas. Hoy, el precio del petróleo está por encima de los $135 por barril. Y con seguridad, miles de millones de dólares en nueva inversión están fluyendo en hacía el desarrollo de plantas de concentración de termal solar, fotovoltaicas, molinos de viento, geotérmicas y una variedad de nuevas maneras ingeniosas de mejorar nuestra eficiencia y de conservar energía que actualmente se desperdicia.
Y al incrementarse la demanda de energía renovable, los costos continuarán bajando. Déjenme darles un ejemplo revelador: el precio del silicio especializado que se usa para hacer las celdas solares era recientemente tan alto como $300 dólares por kilogramo. Pero los más nuevos contratos tienen precios de hasta sólo $50 por kilogramo.

Lo mismo sucedió con los chips de computadora, también hechos con silicio. El precio pagado por el mismo desempeño bajó un 50% cada 18 meses, año tras año por 40 años seguidos.

A los que sostienen que todavía no tenemos la tecnología para lograr estos resultados con la energía renovable: Les pido que me acompañen a conocer a los empresarios que conducirán esta revolución. He visto lo que están haciendo y no tengo ninguna duda de que podemos hacer frente a este desafío.

A los que dicen que los costos siguen siendo demasiado altos: Les pido que consideren si los costos del petróleo y carbón dejarán alguna día de aumentar si seguimos dependiendo de fuentes de energía rápidamente agotables para alimentar una demanda rápidamente creciente en todo el todo el mundo. Cuando la demanda el petróleo y carbón aumenta, su precio sube. Cuando la demanda para las celdas solares aumenta, el precio suele bajar.

Cuando enviamos el dinero a otros países para comprar el casi 70% del petróleo que utilizamos diariamente, ellos construyen nuevos rascacielos y nosotros perdemos empleos. Cuando gastemos ese dinero en construir instalaciones solares y molinos de viento, construiremos industrias competitivas aquí y ganar trabajos en casa.
Por supuesto que habrá quienes nos dirán que esto no puede hacerse. Algunas de las voces que oímos son los defensores del ‘status quo’, los que tienen un interés personal en perpetuar del sistema actual, sin importarles lo caro que nos pueda costar esto al resto de nosotros. Pero incluso los que cosechan los beneficios de la era del carbón tienen que reconocer lo inevitable que es su fin. Como un ministro del petróleo de la OPEP dijo, “la Edad de Piedra no terminó debido a una escasez de piedras.”

A los que digan que 10 años no es suficiente tiempo, yo les pido respetuoso que consideren lo que nos están diciendo los científicos del mundo sobre los riesgos que enfrentamos si no actuamos en 10 años. Los principales expertos predicen que tenemos menos de 10 años para realizar cambios dramáticos en nuestra contaminación del calentamiento del planeta o perderemos nuestra capacidad de recuperarnos alguna vez de esta crisis ambiental. Cuando sube el uso del petróleo y el carbón, la contaminación sube. Cuando baja el uso de energía solar, del viento y geotérmica, la contaminación disminuye.

A los que digan que el desafío no es políticamente viable: Les sugiero que vayan ante el pueblo estadounidense y traten de defender el ‘status quo’. Entonces sean testigos del apetito de la gente por el cambio.

Por mi parte, no creo que nuestro país pueda soportar 10 años más del ‘status quo’. Nuestras familias no pueden soportar otros 10 años de aumentos a los precios de la gasolina. Nuestros trabajadores no pueden soportar 10 años más de pérdida de empleos y la exportación de fábricas. Nuestra economía no puede soportar 10 años más de enviar $2 mil millones de dólares cada 24 horas a otros países por petróleo. Y nuestros soldados y sus familias no pueden sobrellevar otros 10 años de repetidos despliegues de tropas en regiones peligrosas que casualmente tienen grandes suministros de petróleo.

¿Qué otra cosa podríamos hacer en los próximos 10 años? ¿Qué debemos hacer durante los siguientes 10 años? Algunas de nuestros mayores logros como nación han sido el resultado de compromisos por alcanzar una meta que llegaba más allá de las siguientes elecciones: el plan Marshall, la Seguridad Social y el sistema nacional de carreteras. Pero una promesa política de hacer algo dentro de 40 años es totalmente ignorada porque todo mundo sabe que no tiene importancia. Diez años es el tiempo máximo que nosotros como nación podemos mantener la puntería y lograr darle al blanco.

Cuando el presidente John F. Kennedy desafió a nuestra nación para llevar en 10 años a un hombre a la luna y traerlo de vuelta sano y salvo, mucha gente dudó que podríamos lograr esa meta. Pero 8 años y 2 meses más adelante, Neil Armstrong y Buzz Aldrin caminaron sobre la superficie de la luna.

Para estar seguros, alcanzar la meta de 100% de electricidad renovable y verdaderamente limpia en un plazo de 10 años, requerirá que superemos muchos obstáculos. Actualmente, por ejemplo, no tenemos una red nacional unificada que sea lo suficientemente avanzada para ligar las áreas donde el sol brilla y el viento sopla, con las ciudades del este y el oeste que necesitan la electricidad. Nuestra red eléctrica nacional es una infraestructura crítica, tan vital a la salud y a la seguridad de nuestra economía como nuestras carreteras y redes de telecomunicaciones. Hoy, nuestras redes son anticuadas, frágiles y vulnerables a fallas en cascadas. La falta de electricidad y los defectos en la infraestructura actual le cuestan a los negocios en EUA más de $120 mil millones de dólares al año. Tiene que ser mejorado y aumentado de todos modos.

Podríamos aumentar más el valor y la eficacia de una red nacional unificada ayudando a nuestros gigantes automotrices a migrar a la fabricación de autos eléctricos enchufables. Una flota de vehículos eléctricos reduciría drásticamente el costo de conducir un auto, reduciría la contaminación y aumentaría la flexibilidad de nuestra red de electricidad.

Al mismo tiempo, por supuesto, necesitamos mejorar grandemente nuestro compromiso con la eficacia y la conservación. Esa es la mejor inversión que podemos hacer.
La transición de EUA a las fuentes de energía renovable debe también incluir provisiones adecuadas para asistir a esos estadounidenses que injustamente harían frente a dificultades. Por ejemplo, debemos reconocer a los que han trabajado en condiciones peligrosas para traernos nuestro actual suministro de energía. Debemos garantizar buenos trabajos al aire fresco y al sol para cualquier minero de carbón desplazado por impactos en la industria de carbón. Cada uno de ellos.

Por supuesto que, podemos y debemos acelerar esta transición al insistir que el precio de la energía basada en carbón incluya los costos del daño medioambiental que causa. He apoyado desde hace mucho una drástica reducción en impuestos a la nomina con la diferencia compensada con impuestos por CO2. Debemos gravar lo que quemamos, no lo qué ganamos como sueldo. Éste es el cambio en políticas más importante que podemos realizar.

Para fomentar la cooperación internacional, es también esencial que los Estados Unidos se vuelvan a unir a la comunidad global y lideren esfuerzos para asegurar un tratado internacional en Copenhague en diciembre del próximo año, que incluya un tope de emisiones de CO2 y una sociedad global que reconozca la necesidad de hacer frente a las amenazas de la pobreza y de la enfermedad extremas como parte de la agenda del mundo para solucionar la crisis del clima.

Por supuesto el obstáculo más grande para hacer frente al desafío del electricidad 100 por ciento renovable en 10 años puede ser la profunda disfunción de nuestra política y nuestro sistema auto gobernable tal y como existe hoy. Estos últimos años, nuestra política ha tendido hacia las ofertas incrementales compuestas de las pequeñas políticas diseñadas para evitar ofender intereses especiales, alternando con pasos de bebé ocasionales en la dirección correcta. Nuestra democracia ha llegado a ser esclerótica en un momento en que estas crisis requieren intrepidez.
Esto es un sistema verdaderamente disfuncional que caería en la lógica perversa que la respuesta a corto plazo a los altos precios de la gasolina está causando que se perfore por más petróleo dentro de diez años.

¿Soy la única persona que encuentra extraño que nuestro gobierno adopte tan a menudo una supuesta solución que no tenga absolutamente nada ver con el problema que se supone buscan resolver? Cuando la gente se queja con derecho por los altos precios de la gasolina, proponemos darles más dinero a las compañías petroleras y fingir que van a disminuir los precios de la gasolina. No hará nada de eso y todos los sabemos.

Si seguimos volviendo a las mismas políticas que nunca han funcionado en el pasado y han servido solamente para producir los precios más altos de la gasolina en la historia aunados a las utilidades más altas de las compañías petroleras en la historia; a nadie debe ser sorprender si vemos el mismo resultado una y otra vez. Pero el congreso puede ser convencido para moverse en esa dirección de todos modos porque algunos de ellos están siendo precipitados por los cabildeos a favor de los intereses especiales que saben cómo hacer que el sistema trabaje para ellos en lugar de para la gente americana.

Si quieres saber la verdad sobre los precios de la gasolina, aquí está: la demanda explosiva por el petróleo, especialmente en lugares como China, está sobrepasando el índice de nuevos descubrimientos por tanto, que los precios del petróleo continuarán seguramente a la alza en un cierto plazo sin importar lo que prometan las compañías petroleras. Y los políticos no pueden disminuir los precios de la gasolina en un futuro cercano.

Sin embargo, hay realmente un modo extremadamente eficaz para bajar los costos de conducir un auto dentro de pocos años. La manera de bajar los precios de la gasolina es terminar nuestra dependencia del petróleo y utilizar las fuentes renovables que pueden darnos el equivalente gasolina a $1 dólar el galón.

Muchos norteamericanos han comenzado a preguntarse si de plano hemos perdido nuestro gusto por soluciones audaces en la política. Y quienes dicen saber cómo funciona nuestro sistema actualmente nos han dicho que podemos olvidemos de que nuestro sistema político haga algo audaz, especialmente si es contrario a los deseos de intereses especiales. Y tengo que admitir, así es como parece que han estado yendo las cosas. Pero he comenzado a oír diversas voces en este país de la gente que no solo está cansada de pasos de bebé y de política de interés especial, sino que están deseosos de un nuevo, diverso y audaz acercamiento.

Estamos en la víspera de una elección presidencial. Estamos en medio de un proceso internacional por un tratado del clima que concluya su trabajo antes del final del primer año del término del nuevo presidente. Es un gran error decir que los Estados Unidos deben esperar a que otros países se nos unan en esta materia. De hecho, debemos actuar primero, porque esa es la clave para conseguir que otros nos sigan; y porque actuar primero está en nuestro propio interés nacional.

Así que yo les pido que se unan conmigo para llamar a cada candidato, a todos los niveles, para que acepten este desafío; para que los EUA funcione con un 100 por ciento de electricidad sin necesidad de carbón en 10 años. Es hora de que nos movamos más allá de la retórica vacía. Necesitamos actuar ahora.

Esto es un momento generacional. Un momento en que decidimos nuestra propia trayectoria y nuestro destino colectivo. Estoy pidiéndole a cada uno de ustedes, que se me unan para construir este futuro. Por favor únanse a la campaña WE (nosotros) en www.wecansolveit.org. Y te necesitamos. Estamos comprometidos a cambiar no solo focos o bombillas, sino leyes. Y las leyes cambiarán solamente con liderazgo.

El 16 de julio de 1969, los Estados Unidos de América estaban finalmente listos para hacer frente al desafío del presidente Kennedy de alunizaje de norteamericanos. Nunca olvidaré haber estado al lado de mi padre a algunas millas del escenario del lanzamiento, esperando el cohete gigante Saturno 5 levantar al Apolo 11 en el cielo. Era un joven de 21 años, recién graduado de la universidad un mes antes y a tres semanas de enlistarme en el ejército de Estados Unidos.

Nunca olvidaré la inspiración de esos minutos. La energía y la vibración de los gigantes motores espaciales sacudieron mi cuerpo entero. Al mirar al cohete levantarse, lentamente al principio y luego con gran velocidad, el sonido fue ensordecedor. Doblamos nuestros cuellos para seguir su trayectoria hasta que estábamos mirando totalmente hacía arriba en el cielo. Y entonces, cuatro días más adelante, miré junto con otros centenares de millones en todo el mundo cuando Neil Armstrong dio un pequeño paso hacía la superficie de la luna y cambió la historia de la raza humana.

Debemos ahora levantar nuestra nación para alcanzar otra meta que cambie la historia. Nuestra civilización entera depende de que nosotros ahora nos embarquemos de un nuevo en un viaje de exploración y descubrimiento. Nuestro éxito depende de nuestra disponibilidad para emprender este viaje y de terminarlo en el plazo de 10 años. Una vez mas tenemos una oportunidad de dar un salto gigante para la humanidad.

1 comentario:

Daniel dijo...

Te felicito por tu iniciativa Gonzálo, espero continues así.